Despedida al enorme intelectual Horacio González.
La Fundación Ezequiel Martínez Estrada despide con gratitud al
enorme intelectual Horacio González que falleció el 22 de junio último.
Horacio González, sociólogo, ensayista, brillante profesor y notable politicólogo, vivió en función de una actividad pedagógico-militante que lo llevó a batallar constantemente en las luchas ideológicas contemporáneas y a accionar consecuentemente con sus ideas.
Cuando en 1973 era profesor de Historia Nacional sus clases eran absolutamente novedosas. Junto al actor y director Juan Carlos Gené, preparaban y coordinaban clases-espectáculo, que consistían en la teatralización de episodios de la historia nacional a cargo del Grupo Cumpa — integrado por Mauricio Kartun y Ricardo Talento entre otros—. Las clases se desarrollaban en el aula magna de la Facultad de Medicina todos los miércoles. Cualquiera podía asistir, aunque no fuese estudiante.
La materia tuvo 4500 inscriptos y asistían alrededor de 1200 personas en promedio. Pero seguramente aquel éxito pedagógico de 1973, contribuyó para que luego tuviera que marcharse al exilio.
Regresó en 1983 y auscultó en profundidad el canon sociológico político y reivindicó a Ezequiel Martínez Estrada de los desaires de Gino Germani. También lo rescató de las denostaciones que le habían proferido los historiadores peronistas.
Entre 2005 y 2015 fue Director de la Biblioteca Nacional, cargo en el que desplegó con audacia una gestión de múltiples acciones y sus mayores inquietudes como divulgador y editor de libros muy necesarios para la cultura argentina,; entre los que integraron la colección Los raros, encontramos la reedición de ¿Qué es esto? Catilinarias y allí vio la luz Filosofía del ajedrez (reconstrucción de Teresa Alfieri), ambos de nuestro autor.
Retiró el nombre de Gustavo Adolfo Martínez Zuviría — polémico ex director de la biblioteca, antisemita y conservador, asociado al nacionalismo católico— de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional y la nombró Ezequiel Martínez Estrada. Nos permitió lograr la microfilmación del archivo de Don Ezequiel y gestionó enormes exposiciones bibliográficas visuales de autores tan diversos como Leopoldo Marechal, Héctor Tizón, Isidoro Blastein, Dardo Cúneo, Armando Tejada Gómez y Ezequiel Martínez Estrada entre otros.
Convocó concursos públicos de becas de investigación para la puesta en valor de fondos patrimoniales. Publicó con denuedo a autores heterogéneos, que apreciaba por su mirada crítica y universalista. Así el catálogo que dejó tiene desde antologías de cuentos infantiles, ediciones facsimilares, cancioneros, revistas, libros hasta la fonoteca Benito Panunzi de imágenes del pasado argentino.
Su política editorial buscaba influir en el espacio público logrando que autores raros se volvieran clásicos, que los clásicos no se olvidaran y que los raros no se perdieran, porque las discusiones del día a día así lo exigen.
En discusiones como esas, y por su forma de concebir el trabajo intelectual que era salir a la acción, pudo diferir con connotados intelectuales sin perder su tono afable.
Nos alegra el haber podido contar en el Tercer Congreso Internacional sobre la vida y la obra de Ezequiel Martínez Estrada con su notable conferencia de apertura que aquí reproducimos con gratitud.
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